Madre de Santiago,
Virgen Inmaculada,
Señora del San Cristóbal,
confiados en tu bondad y en tu
ternura
queremos presentarte nuestra
oración.
 
Mira, Madre, a tu ciudad.
Aquí tienes nuestras casas y poblaciones,
nuestras fábricas, cárceles y
escuelas,
nuestros hospitales, estadios y
caminos.
 
Queremos invocar tu protección
sobre nosotros.
Haz que nunca falte el pan en
nuestras mesas,
ni cariño en los hogares.
 
Haz que siempre haya justicia en
nuestras leyes
y respeto por cada ser humano.
 
Mira, Madre, a nuestros enfermos,
que te suplican la salud.
 
Mira a los pobres y a los tristes,
que piden justicia y alegría.
 
Mira a los abandonados y
solitarios,
que buscan amor y comprensión.
 
Mira nuestras familias,
que necesitan diálogo y unidad.
 
Protege a nuestros niños y a los
jóvenes.
 
Y no te olvides de los ausentes y
viajeros.
 
Eres la Madre del Amor y la
Esperanza.
 
Eres la Virgen del Dolor
Resucitado.
 
Ayúdanos a confiar en el Padre.
 
Ayúdanos a seguir a tu Hijo.
 
Ayúdanos a escuchar el Espíritu y
amar a nuestra Iglesia.
 
Haz de nosotros un país de
hermanos.
 
Amén


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