Gloriosa Princesa Santa Eduvigis,
que llegado al término
de tu destierro,
al tener noticias del día del tránsito a la eternidad,
te previniste
con los Santos Sacramentos de la iglesia
y empuñando la imagen de María
Santísima,
que quisiste te acompañara en el Sepulcro,
como en vida te había
acompañado
por la cordial devoción que desde tu niñez profesaste
a la gran
Señora, esperaste al esposo,
el que con la comitiva de los cortesanos,
vino a
recibir tu espíritu
y pasando por una preciosísima muerte
a lograr el premio de
tus virtudes,
comenzaste a reinar con tu Esposo en el Cielo.
Te doy el parabién de tu gloria, en la que resides,
contemplándote en Dios y maltrocinando de mundo,
que fue el teatro de tus
piedades.
No apartes de él tus ojos, pues llevando miserias,
están éstas
clamando por ti por su remedio.
Sientan, pues, los enfermos, desvalidos,
los efectos de
tus compasivas entrañas,
a las que confiado recurro
en las circunstancias
presentes,
esperando el consuelo que pido
a mayor gloria de Dios.
Amén.
(Se recomienda usar una medalla de Santa Eduvigis,
durante el rezo de esta oración
o bien tener alguna imagen impresa en las
manos).
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