Conceded a los que os invocan,
glorioso mártir San Cristóbal,
que sean preservados de peste,
epidemia y templores de tierra,
del rayo y de la tempestad,
de incendios e inundaciones.
Protegednos con vuestra intercesión durante
la vida,
en las calamidades que la Providencia tenga
dispuestas,
y en la muerte libradnos de la eterna
condenación,
asistiendo vos a nuestra última hora
para poder alcanzar la eterna
bienaventuranza.
Amén.
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