Oh Señor, toma bajo tu protección los hijos 
que tu me has dado.
No permitas que te ofendan con el pecado: 
elígelos para el cielo. 
Salva a quienes les dimos la vida. 
Ayudame a respetar y amar 
la vocación que les has designado.
Te los ofrezco ya desde ahora con alegría 
y con reconocimiento profundo.
Perdona, Señor, mis debilidades 
y suple mis carencias, para que pueda cumplir
lo más dignamente mi misión en la familia y
en la sociedad.
Sostén a toda mi familia en el espíritu de
fe, 
en la paz, y en la unidad del amor 
y haz que nos encontremos unidos contigo
eternamente.
Amén.


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