REFLEXIÓN Y ORACIÓN PARA EL 5 DE NOVIEMBRE

Dice tu Angel hoy:

 

El “Príncipe de la paz” (Is 9, 5) precisa un ejército bien disciplinado cuyos miembros hayan comenzado por conquistarse ellos mismos.

 

No hay que ser combatientes egoístas de corazón duro.

 

¡Cuántos cristianos hay entre estos últimos!

 

Despréndete de todo rasgo de orgullo que desfigure tu alma. Si pudieras ver las almas, ¡cómo te sorprenderías!

 

Las caras seductoras esconden, a veces, una espantosa fealdad interior. Vigila para que tu alma sea cada vez más bella, más atractiva para el huésped divino que habita en ella. ¿No es tu alma un palacio real? Graba con letras de oro en tu corazón estas palabras de Jesús: “Si alguno me ama, guardara mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 14, 23)

 

¿Te das cuenta de este privilegio divino? Solo lo disfrutan los hombres, porque sólo ellos han sido creados a imagen y semejanza de Dios (ver Gn 1, 26-27).

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

PARA UNA PETICIÓN

¡Oh, arcángel San Miguel,

príncipe celeste, mi ángel tutelar!

 

Yo te pido humildemente escuches mi voz

y pongas en mi corazón la dulce paz que ansío.

 

Yo no puedo vivir con tranquilidad

y mi alma está llena de inquietud.

 

Te ruego me concedas:

 

(Hacer la petición)

 

para que pueda encontrar mi paz.

 

¡Oh, arcángel San Miguel,

príncipe celeste, mi ángel tutelar,

escucha mi voz!

 

En nombre del Padre,

en nombre del Hijo,

y en nombre del Espíritu Santo.

 

Amén.