Si estás con miedo por tu mala vida pasada,
si sientes fuertes remordimientos de conciencia,
si quizá temes algún castigo,
si comienzas a caer en la tristeza
o tal vez en la amarga desesperación,
piensa en María.
En tus peligros,
en tus tristezas,
en tus dudas,
piensa en María,
llama a María.
No la apartes de tus labios.
Tenla siempre en el corazón.
Y para conseguir con seguridad
lo que ella pide a Dios para ti,
sigue sin vacilar
los ejemplos que de ella sabes.
Siguiéndola irás bien por tu camino.
Rezándole tendrás confianza.
Si piensas en ella, no cometerás errores.
Si es ella quien te sostiene, no caerás.
Si ella te protege, no temerás.
Si la sigues, no te cansarás.
Si ella está de tu parte, triunfarás.
Te darás cuenta por ti mismo
con cuánta razón está escrito :
"El nombre de la Virgen es María".
Autor: San Bernardo
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