Dice tu Angel hoy:
Renueva cada día el ofrecimiento de ti mismo en tu vida conyugal y familiar. 
Eres consciente hasta que punto eres privilegiado en esto. Por el ofrecimiento constante de ti mismo, vuelves a poseer este privilegio. 
La familia es la imagen trinitaria menos imperfecta. Es sagrada. 
Soy feliz de veros a todos unidos en el Corazón de Dios. 
Y conmigo los ángeles de la guardia de los otros miembros de la familia. 
Nosotros somos vuestros mensajeros. Enviadnos en misión. Lo hacéis tan pocas veces. 
Estamos a vuestro servicio.
Oración original a San Miguel para ser realizada  sosteniendo un crucifijo en alto 
(“Levanta el Crucifijo y reza esta oración con la  señal de la cruz. Haz esto en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu  Santo. 
Tú vencerás.
Reza esta oración todos lo días, 
ya que la batalla es  enorme…”)
Oh Glorioso príncipe de la Hueste Celestial, 
San Miguel  Arcángel, 
defiéndenos en la batalla y en el terrible combate 
que estamos  librando contra los principados 
y Potestades del aire, 
contra los Dominadores de  este mundo tenebroso, 
en contra de todos los Espíritus del Mal. 
Ven en ayuda del  hombre, 
a quien Dios Todopoderoso creó inmortal, 
hecho a su imagen y semejanza, 
y redimido  por un gran precio, 
de la tiranía de Satanás.
Pelea en este día la batalla del Señor, 
junto con los  santos ángeles, 
igual que combatiste al líder 
de los orgullosos ángeles,  Lucifer, 
y a su hueste apóstata, 
quienes no tuvieron poder para resistirte 
y  tampoco hubo ya lugar para ellos en el cielo. 
Esa cruel serpiente antigua,  
llamada el diablo o Satanás, 
que seduce al mundo entero, 
fue arrojada al abismo  junto con sus ángeles. 
Mira, este enemigo primitivo y asesino 
del hombre ha  tomado fuerza. 
Transformado en un ángel de luz, 
anda alrededor del mundo 
con una  multitud de espíritus perversos, 
invadiendo la tierra para borrar 
el nombre de  Dios y de Jesucristo, 
apoderarse, asesinar y arrojar a
 la eterna perdición de  las almas 
destinadas a la corona de la gloria eterna. 
Este malvado dragón  vierte, 
como la inundación más impura, 
el veneno de su malicia 
en los hombres de  mente depravada 
y corrupto corazón; el espíritu de mentira,
 de impiedad, de  blasfemia, 
y de aire pestilente de impureza, 
y de todo vicio e  iniquidad.
Estos astutos enemigos han llenado 
y embriagado con  hiel y amargura esta Iglesia, 
la esposa del Inmaculado Cordero, 
y han puesto sus  manos impías 
en sus más sagradas posesiones. 
En el Santo Lugar, en donde la sede  de San Pedro 
y el asiento de la verdad han sido colocados 
como la luz del mundo,  ellos han levantado 
el trono de su abominable impiedad, 
con el designio inicuo  
de que cuando el Pastor sea herido, 
también las ovejas pueden ser  heridas.
Entonces levántate, oh Príncipe invencible, 
dale ayuda  al pueblo de Dios 
en contra de los ataques de los espíritus perdidos. 
Dale la  victoria al pueblo de Dios: 
Ellos te veneran como su protector y patrón;
 en ti  la gloriosa Iglesia se regocija 
con tu defensa contra el maligno poder del  infierno; 
a ti te ha confiado Dios las almas de los hombres 
para ser establecida  en bienaventuranzas celestiales. 
Ora al Dios de la paz, 
para que ponga a Satanás  bajo nuestros píes, 
derrotado para que no pueda más mantener al hombre 
en  cautiverio y lastimar a la Iglesia. 
Ofrece nuestras oraciones a la vista del  Altísimo, 
para que pronto pueda encontrar misericordia 
a los ojos del Señor; y  venciendo al dragón
 la antigua serpiente que es el diablo y Satanás, 
tú  nuevamente lo pongas cautivo en al abismo, 
para que no pueda ya más seducir a  las naciones.
Amén.
L: Miren la Cruz del Señor; 
y sean dispersos los  poderes enemigos.
R: El León de la  tribu de Judá 
ha conquistado la raíz de David.
L: Qué tu misericordia esté sobre nosotros, oh  Señor.
R: Así como hemos tenido  esperanza en Ti.
L: Oh Señor, escucha  nuestra oración.
R: Y deja que mi  llanto llegue a Ti.
L:  Oremos
Oh Dios, Padre nuestro, señor  Jesucristo, 
invocamos a tu Santo Nombre, 
y suplicantes imploramos tu clemencia,  
para que por la intercesión de la siempre Virgen María, Inmaculada Madre  nuestra, 
y por el glorioso San Miguel Arcángel, 
Tú te dignes ayudarnos contra  Satanás 
y todos los demás espíritus inmundos, 
que andan por el mundo 
para hacer  daño a la raza humana 
y para arruinar a las almas.
Amén.
Fuente: Libro de la Devoción 
a la preciosa sangre de  Nuestro Señor Jesucristo.


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